Llevo unos días en que las cosas las veo más bien grises, por no decir que negras. Digamos que tengo esos días pesimistas que se han potenciado al ver la situación que se vive en España y que yo también estoy viviendo en primera persona.
Soy una de esas personas llamadas emprendedoras, innovadoras, mujer puntera, etc… De esas que destaca o ha comenzado a destacar gracias a las estrategias de comunicación generadas desde hace años en Internet y hace bastante meses en las Redes Sociales.
Tendría todas las papeletas para triunfar en mi empresa, pero no es tan fácil y a pesar de las horas de trabajo (tengo fama de que nunca duermo) y de buscar siempre nuevos proyectos y de (en serio) tener mucho trabajo, mi situación es tan crítica como cuando comencé y mucho más compleja que cuando era una asalariada más. Aunque jamás se me ha pasado por la cabeza pensar en ser funcionaria (digamos que soy demasiado inquieta para hacer siempre lo mismo, o estar haciendo lo mismo) desde luego entiendo la obsesión de mucha gente por serlo.
Hoy por hoy estoy tan desgastada y desilusionada como las miles de personas que se han manifestado en Sol y si estuviese en Madrid puede que allí me hubiese ido porque también estoy harta de un sistema que lejos de ayudar mi esfuerzo (sobrehumano) me pone piedras que ralentizan mi triunfo y bloquean la posibilidad de que crezca como empresa y pueda contratar a gente maravillosa que conozco y que me ayudaría a crecer de la mejor forma posible.
He vivido durante estos días, cómo Radio Nacional de España o un debate en 59″ «banalizaban» la manifestación y la importancia que han tenido y tienen las Redes Sociales en este hecho. He visto cómo se han tenido que tragar sus palabras, porque ni eran jóvenes Nini porreros, ni las Redes Sociales son medios secundarios. En dicha manisfestación existe la denuncia de muchas personas que vemos cómo no hay solución con estas estrategias políticas más allá de los partidos. Porque al igual que ellos, pienso que el problema está en cada uno de los partidos políticos y sindicatos que alimentan la corrupción cuando la ven «pasar» y no hacen nada, salvo que llegue a los tribunales y no les quede más remedio que pedir la dimisión.
Además de esa corrupción latente en todos los frentes políticos y sindicalistas, existe una estrategia que nos perjudica y nos satura y enfada… y estoy harta de oir que la culpa es de Zapatero, porque hablo de pequeñeces como que en mi empresa, hace meses que diversas entidades me deben el dinero suficiente como para haber tenido que pedir un préstamo liquidez para poder pagar a mis empleados. Hablo de ayudas a cursos pero no a incentivos económicos que generen empleo, hablo de millones despilfarrados en eventos sobre Innovación pero casi ninguna innovación en entidades llenas de personas desactualizadas en conocimientos que por ser funcionarios no se les ocurre mover una pestaña más allá que lo que indique su contrato. Hablo de un país con dos verdades: los acomodados (con un salario vitalicio, algo que me parece absurdo) y los que buscamos acomodarnos pero que jamás lo conseguiremos porque «emprender» sin una demanda solvente no genera el movimiento económico necesario. Hablo de un crédito para un proyecto que solicitamos y que se resolvió más de un año después, cuando ya no tenía sentido ni el Plan de Viabilidad ni las condiciones para afrontarlo. Hablo de que tengo que hacer contratos temporales porque no puedo asumir o arriesgarme a contratar a una persona de otra forma. Hablo de que por «sistema» se tarda como mínimo dos meses en pagar pero si voy a la tienda me cobran de contado. Hablo de adelantarle a Hacienda el impuesto de las facturas que aún no he cobrado. Hablo de un banco que NUNCA me ha dado un préstamo, salvo cuando SogaPyme ha avalado mis proyectos. En fin, que me encanta ser empresaria, pero seguro nos iría mejor a todos si además de las charlas, cursos y eventos, las entidades pagaran cuando deben…
Puede que alguien esté pensando que ¿por qué no busco clientes en la empresa privada? Y yo les respondería, porque el tipo de proyectos que realizamos no puede ser soportado económicamente por las micropymes, pero sí por las instituciones que necesitan de dicha infraestructura para poder trabajar en acciones de dinamización y formación. Si mi empresa tuviese un colchón económico estable, podríamos crear líneas de ofertas en servicios para dichas micropymes, pero por los momentos, la única que vende y se lo curra (además de mi «superempleado» Mikael) soy yo y no me es rentable pequeñas acciones porque no contamos con tiempo ni con personal. Tengo la suerte de poder contar con gente realmente buena cuando la maquinaria necesita de más colaboración… como ha sido el reciente caso de Zoe Fernández y de otras personas y empresas con las que colaboramos habitualmente.
Este es el panorama de mi empresa, y creo es el panorama de muchas empresas que conozco. Pero ojo, no confundamos las cosas, porque en e-cléctica sí tenemos trabajo, proyectos presentes y futuros y mucha ilusión y si nos comparamos con otra gente, posiblemente seamos consideradas personas «afortunadas».
La situación debe cambiar y la verdad es que después de los resultados mantengo la desilusión porque en Venezuela he vivido muchos años el voto «rebote» entre dos partidos y aquí veo que vamos por el mismo camino, aunque espero que no lleguemos a encontrar en nuestro camino a un personaje como Chávez, que además cercene la libertad de la gente para expresarse y vivir libremente.
Pido respeto por los que creemos que se nos debe escuchar y pido que no se señale a la gente por su aspecto físico o su edad, porque es una forma bastante simple de hacer «oidos sordos» a una realidad latente… La democracia necesita ser escuchada y espero que así se haga en Madrid y en toda España.
¿Algún día seré Zoe Fernández? 😉
El país está descontento con la situación actual y se ha visto reflejando en urnas el sentir popular: Esto NO puede continuar así. Veremos cómo enfrentan la situación los entrantes, no auguro que sea peor que los salientes.
Mientras seguiremos siempre trabajando en este medio, promoviendo un imparcialidad y encaminados siempre a comunicar, formar y dar una plataforma a empresas y usuarios finales adaptada a sus necesidades. Somos engranaje para el futuro y se seguirá en el empeño de trabajar día a día más allá de quién sea quien niegue créditos.
Ánimo y sigue luchando,
Z.
(Fernández ;-))
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Jajaja, no se por qué te cambio el apellido siempre.
Ahora mismo lo corrijo . Muchas gracias por tus sabias palabras.
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No imaginas cuánto puedo llegar a entenderte, Carmen, porque mi situación es exactamente la misma. Sin embargo, después de casi seis años nadando a contracorriente, yo optaré por cambiar de sector o mudarme al extranjero. ¡¡Mucha suerte y ánimo!!
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José Miguel lo siento mucho porque tu proyecto lo conozco y es realmente espectacular. Suerte también a ti
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Gracias Ángel, un beso 🙂
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Cuando eres «tú» por naturaleza, y en tu caso, luchadora y emprendedora… no te vas a rendirte nunca 😉
¡Áaaaaaaaaanimo y mucha fuerzaaaaaaaaaaaaa… a tirar pa’lante!
😉
Un abrazo
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Buenos días, Carmen, efectivamente es un panorama descorazonador, sólo salvable por el innato instinto de supervivencia que nos hace mantenernos en la dificultad y seguir remando, con respeto a los valores que hemos ido construyendo durante nuestra vida. Pero ahí está, como empresario y como ciudadano, también reclamo respeto a los principios generales del Derecho, a los Derechos Humanos y la más pura observancia de la legalidad y el decoro político.
Estoy de acuerdo contigo en que hay desajustes importantes en la organización administrativa del Estado, pero me gustaría matizar una cosa que para mí es importante: creo que es injusto achacar el mal de nuestros problemas a los empleados públicos, cuando creo que la dirección política de los mismos es la que no ha estado a la altura, y la que, por ejemplo, organiza todo el circo de jornadas de innovación, etc., para que luego las empresas adscritas a la figura de Bonos Tecnológicos no quieran darte servicio de esa manera, por lo que tardan en cobrar. Es cosa de los políticos.
Igualmente, no debemos caer en la trampa, de nuevo, de minusvalorar a la función pública, pues en un Estado de Derecho, es ella la encargada de velar por el normal funcionamiento del Estado, gobierne quien gobierne. Recuerda lo que pasaba en la I República Española, que estaban los cesantes, que eran aquellos parados temporales, despedidos por el gobierno de turno de su puesto de funcionario, y que estaban a la espera de su pronto reingreso cuando ganara su partido. Cuando un gobierno quiere zafarse del control del aparato del Estado, lo primero que hace es liquidar a los funcionarios y rodearse de cargos de confianza, cuantos más mejor.
Un cordial saludo de un empresario como tú.
Víctor
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Víctor de acuerdo contigo y respeto tu punto de vista y comprendo lo que me explicas. Pero sigo sin creer en los puestos vitalicios porque no dan posilidad a la libre competencia y no incentivan el que te superes. Creo que entonces el problema estaría en que se permitiese al «político de turno» a decidir librarse de empleados que no sean de su color político. No puede ser que se creen estos puestos porque si no los echan. Y la dirección no está a la altura, pero existen muchísimos casos en que el «retraso» generado por la persona de contabilidad demora meses el cobro de una factura, y esto es el colmo que exista y que se permita. Por ley no se debe esperar más de dos meses para cobrar cualquier factura, sin embargo llevamos 9 meses esperando cobrar unas cuantas. Y tu has tocado lo de los Bonos, efectivamente soy proveedora y no me arriesgo porque el único que he hecho lo he entregado en Diciembre y por lo visto ya este fin de mes lo cobraré, es decir, cinco meses después de terminar el trabajo, que si sumas los cuatro del proceso son 9 meses de tiempo… Imposible tener un negocio sustentado en bonos, subvenciones o ayudas. Saludos
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