Carmen Martín Robledo

10 pasos para descubrir a los farsantes del SocialMedia

Después de llegar de Omexpo y de mantener conversaciones con profesionales de Internet y por supuesto de asistir a muchísimas charlas sobre diversos aspectos del marketing y la comunicación digital, regreso con energías renovadas y con nuevas perspectivas empresariales apoyadas por importantes profesionales que en breve compartiré con ustedes.
Pero mientras tanto me toca ayudar a empresarios que tienen intenciones de comenzar en Internet y que lamentablemente se encontrarán con una oferta desmesurada de «consultores» «comunicadores» «community managers» «content curator» «asesores de todo» y que en muchos casos «disfrazan» su oferta con palabras que ofrecen pero que cuando sabemos investigar podemos descubrir que detrás solo hay humo.
Obviamente la evolución de Internet ha facilitado que todos tengamos la oportunidad de crear páginas web, blog, cuentas de twitter y páginas profesionales en Facebook con una mínima inversión y además contamos con cursos express que en 8 horas (previo pago de unos 800 a 1000 euros) te ofrecen un certificado como experto.

Para muchas personas, es lícito buscarse la vida como sea, para las personas que somos empresarias y pagamos impuestos y nóminas todos los meses y hemos invertido muchas horas y euros en formación universitaria para ser más competitivos y ofrecer servicios de calidad, la competencia engañosa nos hace perder tiempo y perjudica la credibilidad de la efectividad de Internet y el Social Media como herramienta para la promoción de nuestras empresas.
Y si hablamos de formación y del prestigio de estudios especializados con décadas de experiencia, es realmente un riesgo apostar por gente «famosa» para engrosar el panel de expertos y esto lo he visto en unos cuantos Máster que se ofrecen en la Red. Yo como siempre apuesto por no quedarnos con la primera información que tenemos y lo que siempre hay que hacer es investigar precisamente en las Redes para quedarnos con lo mejor.

Creo que parte de la culpa que esto pase la tenemos todos y más aún si lo permitimos. ¿Se imaginan que tengamos una tienda y paguemos impuestos y alquileres y que en la entrada de la tienda nos monten un chiringuito? Está claro que no lo permitiríamos y lo denunciaríamos porque esto es competencia desleal penada por la ley, lo mismo pasa con cualquier falsificación que se persigue y se penaliza, o que servicios profesionales como médicos o abogados no los contrataríamos a un aficionado.

Internet no tiene por qué ser diferente y gracias a una interesante charla sobre el «Observatorio de Internet» ofrecida por Antón Aller en Omexpo me quedó claro que existe una legislación que nos proteje como consumidores y dentro del consumo también están los servicios profesionales.

¿Entonces cómo saber si la personas que queremos contratar son realmente profesionales con conocimientos y experiencia?
Al estilo de mi amigo Alfonso Alcántara @Yoriento, enumero 10 pasos sencillos pero eficaces para descubrir a los farsantes en Internet
Es importante entender que puede tratarse de un profesional o de una empresa o de ambos casos.

1.- Pregunta en Google: es lo habitual y lo normal y realmente es eficaz. Escribe el nombre completo del profesional en el buscador de Google e inclusive si lo haces entre comillas limitas la búsqueda al nombre exacto. Una vez salgan los resultados observa cuántos resultados tiene el profesional. Si no hay ninguno no existe, olvídate de el o en último caso duda de lo que dice que es o hace.
2.- Apunta o incluye en una carpeta de favoritos de tu navegador todas las páginas que lo relacionan y si son muchas selecciona las principales. Si es un profesional de Social Media seguramente estará en la mayoría de las redes sociales. Mira cómo es su perfil en las Redes Sociales y observa su comportamiento, lo que dice, lo que comparte, cómo interactúa. Sea un profesional autónomo o una empresa, lo normal es que tenga presencia al menos en Linkedin una Fanpage en Facebook de su empresa o perfil profesional y posiblemente cuenta en Twitter.
3.- ¿Tiene un blog? ¿De qué escribe? ¿Se relaciona con lo que hace? Si nunca escribe sobre su profesión en su blog no parece coherente, salvo que tenga por ejemplo un blog personal y otro blog empresarial o profesional.
4.- ¿Tiene página web? Un blog es una excelente herramienta de comunicación, pero una web nos ayuda a entender la empresa y conocer realmente la experiencia de los trabajos realizados.
5.- ¿El profesional o la empresa ofrece un portofolio o muestra de trabajos reales? Si no consigues ejemplos concretos de clientes duda de la veracidad de lo que ofrece. He visto muchas pseudoempresas que dicen tener muchos clientes pero no hablan de casos concretos.
6.- ¿Qué tipo de formación dice ese profesional tener? Aconsejable formación superior reglada, licenciaturas o ingenierías relacionadas con su trabajo. ¿Tiene estudios de posgrado? ¿Conoces la universidad que certifica el posgrado? Cuidado con los numerosos cursos y las universidades que nadie o casi nadie conoce. Este punto tiene personas a favor y otras en contra, pero está claro que la formación de base siempre será un valor añadido y discrepo con aquellas personas que dicen que en la Universidad no aprendieron nada. Para mí la Universidad siempre nos ofrece una base (más teórica que práctica) que podemos usar para después evolucionar de manera profesional.
7.- ¿Tiene experiencia? Descubre si la experiencia indicada es real y la mejor forma es seguir las fuentes y descubrir si aparece históricamente su participación en donde dice. ¿Hay testimonios del trabajo realizado, hay personas que recomiendan su trabajo por ejemplo en Linkedin, esas recomendaciones son de diferentes perfiles o casualmente son de empleados o trabajadores de la misma empresa?
8.- ¿Cumple con lo que predica? Por ejemplo, una persona que dice ser asesora en comunicación o social media manager o similar, debería tener claro que todas las web profesionales tienen que incluir un aviso legal que incluye la denominación social de la empresa que dice que es. Es enorme la cantidad de páginas que no cumplen con la normativa y muchas son las «seudoempresas» que ofrecen servicios profesionales sin ser profesionales ni estar legalmente constituidas.
9.- ¿Tiene una foto profesional? Sorprendente los casos de expertos que tienen una foto de andar por casa o peor aún, con botellín de cerveza en la mano. Salvo que seas el dueño de Heineken, como que no es la mejor forma de representarte. Esto lo llamamos reputación online.
10.- Piensa mal y acertarás. Es importante no dejarnos ilusionar por los «embaucadores» de la palabra. Conozco muchas personas que dan charlas muy buenas que dicen ser asesores pero hasta los momentos no han demostrado realmente serlo. Esto me recuerda a los vendedores ambulantes capaces de vender antiguamente pócimas que curan cualquier enfermedad. Hoy en día, la crisis es una enfermedad que a veces nos hace «creer» en los «milagros» del «éxito» en Internet y no solo NO existen los milagros (en Internet) sino que cada vez es más difícil lograr mantenerse como empresa y sobrevivir ante este caos de ofertas desmesuradas y demandas desesperadas.

Si aún tienen dudas no se preocupen, me preguntan y seguro que les ayudo a «descubrir» quien vale y quién miente. Gracias a Internet los vendedores de pócimas tienen los días contados.

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13 comentarios »

  1. Interesante reflexión para tener muy en cuenta. Saludos

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  2. Me parece muy interesante y aleccionador. Gracias por compartir y enseñar.

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  3. Este post me hace recordar a un personaje de la red que dice ser coaching. Creo recordar que la primera vez que lo vi fue en twitter ofreciendo un «curso» gratis para nuevos emprendedores. Probé, y el supuesto curso eran una serie de vídeos en los que él supuesto coaching te mostraba internet como una posibilidad de hacerte rico casi sin trabajar. Además, era muy torpe a la hora de hablar. Daba vueltas una y mil veces sobre el mismo asunto y no tenía un discurso fluido que consiguiera captar tu atención.

    A partir de ahí, me empiezan a llegar e-mails ofreciendome paquetes de formación en los que aseguraba ser maravilloso, y que ibas a aprender todo lo necesario para poder vivir tranquilamente sin tener que trabajar, y que costaban una pasta. Por supuesto, esta persona me daba confianza 0 y nunca se me ocurrió gastarme un euro en sus servicios.

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  4. Comprobé el checklist conmigo mismo y curiosamente cumplo más de lo que esperaba de esa lista, y menos de lo que me gustaría en otros aspectos. Conozco grandes profesionales que de memoria creo que cumple el 10 sobre 10. Conozco otros que solo en 1-2 puntos. Lo peor de estas listas es que los que crean tener carencias se encargarán de ponerles una bonita alfombra encima.

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  5. Excelente, pertinente con la actual situación de ofertas por todo lado y de todo el mundo.

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  6. Me encanto! Feliz de leerlo y compartirlo, felicitaciones!

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Trackbacks

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