Carmen Martín Robledo

El regalo envenenado

Este blog tiene la intención de hablar de las mujeres emprendedoras en el amplio sentido de la palabra, porque para mí todas las mujeres sea cual sea su profesión y/u oficio pueden llegar a ser emprendedoras. Y hoy paso por un momento complicado, que es habitual en las personas que emprendemos.  Mientras que por un lado participas de acciones que están hechas para ayudarnos, por otro lado ves como muchas veces esos supuestos regalos tienen un costo muy alto.

A nuestra empresa, e-cléctica, Gestión y Formación SL, que apenas tiene 9 meses de constituida le han concedido una subvención para realizar un importante proyecto (por lo menos así lo creo yo) de inserción de las personas mayores en la Sociedad de la Información. Es un proyecto que va más allá de la alfabetización informática, busca conseguir un interfaz adaptado a las posibilidades de los mayores, busca que ellos sean los verdaderos protagonistas.  Esos 20 mayores que son nuestro grupo de estudio están al igual que nosotros, encantados de poder ser tomados en cuenta, de contar con un equipo de investigación que van a hacer caso de sus necesidades, que van a permitir que se expresen como ellos quieren. Esos mayores y nosotros no podremos tener el proyecto, porque para poderlo hacer necesitamos avalar ese importe.

Una microempresa no tiene hoy en día casi 80.000 euros para dejar durante un año en el banco inmovilizado y aunque cuando solicité la subvención sabía lo del aval, también más de una persona me animó a hacerlo porque seguramente la administración buscaría una solución… Por los momentos no es así y apenas nos quedan días para aceptar o renunciar a esta subvención, que iba a crear dos puestos de trabajo e iba a permitir que los mayores tuviesen un interfaz aún no creado en el mundo.

Este regalo envenenado lo aceptaré formalmente, sabiendo que por decreto lo rechazarán por no tener las garantías económicas y si esta semana no existe ningún esfuerzo desde los responsables para que esto cambie, este post un tanto poético, se llenará de cifras y nombres que indicarán de quién hablo y del por qué las empresas muchas veces no podemos emprender o innovar.

Carmen Martín Robledo

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8 comentarios »

  1. Hola Carmen, aunque no se mucho de como funcionan las subvenciones en España, se que innovar y crear es dificil, pero tu ya lo has hecho, ya estas innovando y creando… esta pequeña piedra no te cambiará, tal vez la ruta un poco en forma y tiempo… pero animo. un abrazo. Ernesto.

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  2. No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, ..no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.

    Eres grande Carmen, y eso nadie te lo va a robar, toda mi fuerza para ti.

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  3. Hace ya algunos años que decidí no aceptar ni solicitar ninguna subvención, a pesar que durante años las he solicitado y disfrutado? (sufrido). Las subvenciones solo sirven para quien las concede, es decir la administración y al sistema financiero, tan amigo de saber que es lo que tienes para financiarte, y tan enemigo de apostar por ideas.Con la llegada de la «crisis», esto se afianza más.
    No creo en un modelo de empresa que necesita a la administración como socia y al sistema financiero para lanar una idea, ambos son incompetentes, incapaces de reconocer el talento, apostar por ideas y arriesgarse lo más mínimo.

    !Animo apreciada Carmen!, la constancia, la pasión y la gestión de la adversidad son los mejores aliados para los emprendedores españoles, y no la administración y los bancos,

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  4. Entiendo bien lo que dices. Las administraciones dificultan y sesgan proyectos con sus protocolos, particularmente aquellos proyectos relacionados con la innovación social. Las pequeñas empresas tejen una red fundamental de las economías locales pero parece que la Administración no confía en su solvencia.

    Deberían aprender del movimiento de los microcréditos del Dr. Yunus y el Banco Grameen. (http://es.wikipedia.org/wiki/Dr._Muhammad_Yunus)

    Ánimo Carmen, y gracias por tu fuerza.

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    • Gracias por tu comentario Ainhoa y la verdad es que me alegro existir en la época en que Internet nos sirve para poder decir lo que hace unos años era imposible decir. Es difícil llegar a denunciar este tipo de acciones pero a estas alturas creo que voy a tener que hacer como hizo la primera mujer que exigió un sindicato para el trabajo femenino. La diferencia es que ella uso un cartón, yo estoy usando la red. Espero que sirva de algo. Saludos

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